Como explicamos en el artículo anterior, testear una aplicación móvil con garantías no es un trabajo sencillo y existen grandes barreras o retos que dificultan la realización de esta tarea. La gran diversidad de combinaciones de dispositivos, sistemas operativos y condiciones geográficas, hacen prácticamente imposible prever o identificar todos los problemas posibles de una app dentro de un laboratorio o entorno de pruebas.
Una de las posibles soluciones a este problema es el denominado crowdsourced testing o crowdtesting, donde un grupo de usuarios reales se encarga de probar las aplicaciones en sus propios dispositivos para luego reportar sus impresiones y experiencias, así como los errores o problemas encontrados durante el periodo de prueba. En muchos sitios, esta práctica también es conocida como beta testing.